domingo, 20 de noviembre de 2011

El gaucho

La literatura gauchesca es un fenómeno singular dentro de las literaturas de América; empezó a desarrollarse en el ámbito del Río de la Plata, en forma anónima al principio, hacia finales del siglo XVIII. Ciertamente, la originalidad de esta literatura no se debe al protagonismo del gaucho, ni al uso de la lengua popular hablada en la campaña, ya que ambos elementos son característicos de cualquier literatura regional. Lo original, lo definitivamente singular de la literatura gauchesca es la adopción que de ese personaje y de esa lengua hicieron autores cultos a las ciudades. Tal adopción puede interpretarse tanto como la necesidad política de transmitir al público gaucho, iletrado, aquellos temas e historias que lo involucraban directamente, como la voluntad literaria de esos autores de diferenciarse de la literatura culta de origen europeo, con el implícito fin de afianzar, su autonomía cultural y literaria.

La
poesía gauchesca incorpora algunos elementos expresivos de la poesía tradicional española (rondas y canciones, villancicos y coplas) y sus temas (héroes legendarios, caballeros, reyes y pastores), que llegaron a América y se reelaboraron en palabras, personajes y costumbres que les imprimieron tono y color
locales .



Entre 1800 y 1830 surgieron numerosos payadores, que difundieron estas composiciones de versos octosílabos. Las payadas, más moralizantes que poéticas, ya se encuentran descritas por Carrió de la Vandera en El lazarillo de ciegos caminantes; en el sainete
El amor de la estanciera se registran las características salientes del habla rural. Por otra parte, no debe descartarse la obra de Juan Bautista Maziel, autor de una poesía de escaso valor
literario pero curiosa en cuanto antecedente de la conversión del gaucho en personaje poético, sobre todo en su romance Canta un guaso en estilo campestre los triunfos del Excelentísimo Señor Don Pedro Cevallos.

Tanto la tradición oral, transmitida por los payadores, como las primeras manifestaciones de literatura gauchesca, fueron engrandeciendo sus temas y perfeccionando su manera de expresar sus ideas, hasta emplearse esta literatura por autores cultos de las ciudades (tales como: Bartolomé Hidalgo, reconocido por Cielitos y Diálogos patrióticos; Hilario Ascasubi, autor de Santos Vegas, poema épico de la literatura gauchesca; Estanislao del Campo , autor de Fausto; y, sobre todo, José Hernández, autor del
Martín Fierro, donde canta de manera humana su lucha por la libertad, contra las adversidades y la injusticia.)


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